La recesión de encías puede estar causada por diversos factores como un mal cuidado de la boca, la periodontitis, el tabaquismo, bruxismo o el cepillado agresivo.

Es importante detectar y prevenir este problema ya que una vez que las encías empiezan a retraerse no vuelven a su estado normal. Las encías no se regeneran por si mismas, por lo que para curarlas es necesario acudir a un periodoncista.

Lo primero y más importante es eliminar la causa que ha producido la encía retraída antes de realizar algún tratamiento de tipo quirúrgico.

Si la recesión de encía es leve se puede mejorar bastante mediante limpiezas profundas, raspado y alisado radicular en caso de ser necesario, y mantenimiento habituales en la zona afectada.

Por otro lado si la recesión de encías es más extensa las posibles soluciones quirúrgicas son:

– Desplazamiento de encías: Si el paciente aún conserva las papilar interdentarias (el triangulo de encía que está entre los dientes) se puede llevar a cabo esta técnica, de manera que se cubre la raíz del diente y las encías recuperan su apariencia habitual sin necesidad de recurrir a un injerto.
– Micro injertos de encía: en esta técnica se toma tejido del paladar mediante una mínima inserción y se cubre la encía.